Quiero que este año empiece con poesía.
Hace unos meses una amiga subió una imagen de unos versos a una
red social. Esas
dos docenas de líneas me revolvieron por dentro. Me hicieron latir los huesos.
Me pusieron el alma en otra piel y sentí el miedo primitivo del desesperado.
No dije nada. A veces no digo nada. Y eso que soy de mucho
hablar.
Pero también callo.
Busqué esos versos en Internet. No fue difícil encontrar al
autor: David González. Una pequeña
biografía. Y unos cuantos poemas sueltos. Y de repente: el milagro. Aparece
como caído del cielo El demonio te coma las orejas en una
página web. Y lo leo. Y tiemblo. Es la voz de una generación perdida con venas
de acero. La voz del superviviente. La voz de la ira. La de quien por fin ha
tomado las riendas de su vida, pero que sabe que la otra vida, la del talego, también es su vida.
Quise saber más. Leer más. Y conseguí encontrar y comprar Sembrando
hogueras. Y en él se encontraban los versos que me llevaron a sumergirme en el mundo crudo y salvaje de este poeta asturiano. Y descubrí que era más que un
poema, pues tenía otra mitad. Aunque a mí me seguía emocionando más mi mitad. Y
también descubrí el porqué del título del libro. Y a Berta. Y a Margarita, la
primera en sembrar una hoguera. Y lágrimas, pañuelos de papel, perros
envenenados, hogueras y jaulas. Que los pájaros prefieren los árboles a las
farolas, y que hay hijos pródigos que nunca regresan a casa.
Aquí os dejo tinta, el
poema del que os he hablado, ya un poco mío, para que también sea vuestro.
tinta
mi otro abuelo
estuvo preso en Oviedo.
después de la guerra.
todas las mañanas
ponían una lista
en la puerta de entrada de la cárcel.
en esa lista estaban escritos
los nombres y los apellidos
de todas las personas
a las que el día anterior
habían puesto contra el paredón
o dado muerte
mediante garrote vil.
imagínate a tu abuela,
me decía mi padre,
sin saber leer ni escribir,
conmigo en brazos,
preguntando a gritos
a las otras mujeres
si tu abuelo
se había convertido
en tinta.
SLHLT
Es uno de mis poetas de cabecera,emociona tanto que te emocione...
ResponderEliminarTengo infinidad de sus poemas tatuados a fuego, Patones, Elena, en la cama.
Es un ilustre desconocido y a mí criterio humilde uno de los grandísimos
Yo no lo conocía, una de mis tantas carencias literarias, pero ha sido todo un descubrimiento.
Eliminar¡Quiero más!