Helen prepara con mimo el cuarto de invitados de su casa para la
llegada de su amiga Nicola. Se conocen desde hace quince años y ambas son
mujeres maduras e independientes que pasan de los 60, aunque Nicola siempre ha
sido un espíritu más libre y bohemio.
Nicola tiene cáncer. Va a someterse a un tratamiento alternativo
en la ciudad que dura tres semanas, y durante ese tiempo se quedará en casa de
Helen.
Pero la Nicola que Helen y su nieta reciben en el aeropuerto no
es ni la sombra de lo que fue: no puede con su propia bolsa, arrastra los pies,
tiene el cuello y la espalda encorvados y apenas una fina capa de piel tapa sus
huesos. Helen la cuidará como si fuera su propia hermana.
Ni la quimio ni la radio han funcionado. Lo que empezó en el
intestino ya se ha extendido por todo el cuerpo. Pero Nicola, en lugar de
aceptar la gravedad de su situación y mentalizarse para el destino que le
espera, ha decidido ignorarlo y hacer caso a todo aquel que le dé un poco de
esperanza. Aunque no sea real. Aunque el tratamiento sea una tortura sin
garantías. Aunque sea un total y absoluto fraude.
Helen es paciente y calla, aunque se sube por las paredes ante
la flagrante estafa y sigue apoyando y cuidando a Nicola con toda la paciencia
del mundo. Pero al ver las condiciones en las que vuelve su amiga cada vez que
le inyectan vitamina C, la ausencia total de empatía del personal de la supuesta
clínica, y la indiferencia de los médicos antes su dolor, su ira va en aumento
y estalla. Pero lo peor es que Nicola sigue justificándolo todo y negándose a
ver la realidad.
¿Cuáles son los límites de la amistad? ¿Hasta qué punto estarías
dispuesto a sacrificar tu vida por cuidar de la de otro que te lo pone muy
difícil? ¿Qué derecho tiene alguien a hacerte renunciar a la esperanza, aunque
sea ficticia? ¿Quién se acuerda de cuidar al cuidador? ¿Es generosidad? ¿Es
sacrificio? ¿Es justo? ¿Quién tiene razón?
Estos son algunos de las cuestiones que te plantea la novela: ¿qué
habrías hecho tú? A mí, desde luego, me ha hecho pensar.
En cuanto a la parte literaria, se trata de una novela corta muy
bien escrita, donde todo encaja, fluye y tiene sentido, donde no se juzga a
nadie, sino que es el lector el que ha de sacar sus propias conclusiones. No
esperéis un drama lacrimógeno y sensiblero.
No sabía muy bien qué me iba a encontrar con esta novela y me han
sorprendido mucho el enfoque y el estilo. Me ha gustado.
SLHLT
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