martes, 23 de abril de 2019

Rialto, 11

<< Yo tenía una librería en Sevilla. Era tan hermosa como pequeña, de techos altísimos con elegantes molduras, vitrinas con luz y azulejos catalogados por Patrimonio que no se podían horadar aunque viniera Dios y te lo ordenara él mismo y porque sí. >>
Belen Rubiano, cual Isak Dinesen sevillana, recuerda un tiempo ya pasado cuando era la dueña de una librería. No fue un proceso fácil llegar a cumplir su sueño. Y menos fácil aún el tener que renunciar a él. Fue casi como el despertar de un letargo, de una ensoñación, como echar sal en una herida que se abre y supura una y otra vez sin llegar a curarse, como abrir los ojos a la realidad del desamor y sentir la necesidad de soltar el lastre de una relación que agoniza para no terminar hundiéndote con ella.
Pero el tiempo y la inteligencia de los supervivientes que deciden elegir qué recordar, y así poder seguir amando el recuerdo de un tiempo en el que fueron felices, convierte este libro en una historia alegre, teñida de la misma nostalgia que tienen los recuerdos de los largos veranos de la infancia.
Anécdota tras anécdota y recuerdo tras recuerdo, Belén Rubiano nos va contando su historia. ¡Y es maravillosa! Y tremendamente divertida. Entre la señora de Burgos, las recomendaciones literarias a ancianitas que nunca olvidarán al Señor Darcy, los estudiantes recogiendo carteles del cuarto de baño, los locos enamorados y los ciclistas peligrosos, la pizarra con su reflexión diaria, las crónicas de La Útil, los programas de radio, los miles de cafés encargados al Horno de San Buenaventura, los clientes-amigos, escritores varios, los carpinteros hacedores de estanterías y otros muchos personajes más, se va reconstruyendo la historia de la librería Rialto y de su dueña: una enamorada de los libros vetada por canal Sur.
Descubrí a Belén Rubiano en el año 2016 gracias a Instagram y a nuestro común amor por Fred Vargas y Andrea Camilleri. Tras echar un vistazo a sus fotos y ver que hacía hablar a su gato, a una mancha del suelo de su casa y hasta a una manzana que compró en mayo y seguía intacta en octubre, supe que había encontrado una mina de oro. Con su sentido del humor único nos enseña a diario su mundo y la maravillosa y singular calle Feria, Feriawood para los que la seguimos, además de compartir lecturas y alegrías como la de la publicación de este libro.
Te deseo la mejor de las suertes, paya. Y aquí, entre nosotras, te voy a contar un secreto: ¡no he leído Los pilares de la Tierra!
 Creo que no hay mejor recomendación que Rialto, 11 en un día como hoy, el Día del Libro.
¡Os va a encantar!
SLHLT

2 comentarios:

  1. Acabo de terminar de leerlo y siento la necesidad de escribir aquí...
    LIBRAZO! Si me lo permites, tengo la sensación de que Belén y tú tenéis muchas cosas en común: la lectura y la generosidad de la sincera recomendación...
    Que ganas de conocer más a Belén Rubiano! Muchas gracias. Un abrazote.

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    1. ¡Muchísimas gracias por tu comentario, Nicase!
      EL objetivo de este blog siempre ha sido el mismo: compartir mis lecturas con todo aquel que quiera asomarse. Y si además os animo a leerlas y os gustan, ¿qué más se puede pedir?
      Un abrazo.

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