Al abrirla se confirman sus sospechas y se disparan todas las
alarmas: en el interior de la caja hay una oreja humana. Y esa es la firma de El Cuarto
Mono, un asesino en serie al que persiguen desde hace tiempo. Su modus operandi consiste en secuestrar a
mujeres jóvenes y mandar a sus familias, como primer aviso, una oreja, un par
de días más tarde, los ojos y, finalmente, la lengua. Después, las mata. Y
junto al cadáver mutilado deja una nota: “No
hagas el mal”.
Así es como los investigadores descubrieron que en las familias
de cada una de las víctimas, alguien había llevado a cabo, en el pasado, un
acto criminal que había pasado desapercibido para las autoridades.
El hombre atropellado se disponía a enviar por correo la oreja.
¿Es posible que sea El Cuarto Mono?
A partir de este momento comienza una carrera contrarreloj para
encontrar viva a su última víctima. Toda la astucia de la policía va a ser
necesaria para dar con la dueña de la oreja. Por ello, aun estando de baja, se
ponen en contacto con el detective Sam
Porter, especialista en el caso.
Se trata de un thriller frenético que los amantes del género no
podrán soltar. Rápido, tremendamente cinematográfico, con giros en la trama,
una segunda historia en paralelo y un inquietante diario, hará las delicias de
los expertos en asesinos en serie. Yo ya estoy deseando hincarle el diente a la
segunda parte de la trilogía.
Aunque me ha gustado y lo he devorado sin piedad, he adivinado
por donde iban algunas de las tramas y me ha resultado innecesaria la
descripción detallada de torturas y actos de violencia extremos.
SLHLT
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