Tres personas distintas en un mismo ADN.
Tres decisiones que marcaron su vida: una única vida en la que
se acumulan los años y se pierden las letras.
Margarita: pura adolescencia,
veranos eternos en el pueblo, días largos en la cantera, y noches aún más
largas bailando en la discoteca. Rebeldía frente a la autoridad de un padre
déspota, saliva, sudor, heroína, secretos escondidos entre las paredes de una casa
y dentro de un árbol hueco. El descubrimiento del amor y la pérdida de la
inocencia.
Marga:
juventud, crecimiento personal, la vida en Madrid y el esfuerzo recompensado en
forma de doctorado. Todo es distinto, pero nada parece haber cambiar al volver
al pueblo, salvo que su hermano se casa: las mismas calles, las mismas gentes y,
también, aquel al que un día amó.
M: Alaska,
madurez, estabilidad, un buen trabajo, una nueva vida. La otra se quedó en
España el día de la boda de Carlos. Cuando rompió con todo. Con todos. Una
llamada de su madre le pide que vuelva: su padre se muere.
Margarita, Marga y M.
Y un secreto que vale una vida. O varias.
Esta es una de esas historias que crece a medida que pasas las páginas.
Y, como su protagonista: se hace grande. Me la he creído. Me ha hecho recordar.
Y me ha gustado mucho más de lo que esperaba. Os la recomiendo.
SLHLT
Para mi esta lectura tuvo altibajos, pero al terminarla me dejó varias reflexiones. Comparto contigo en que crece según avanzas el relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias por el comentario.
ResponderEliminarOtro abrazo.