Canto
yo y la montaña baila es uno de los libros más bellos que he
leído en mucho tiempo.
A veces
pensamos que somos dueños de nuestras historias, pero no es del todo cierto
pues esas historias son consecuencia de otras y parirán a la que están por
venir. Transcurren en escenarios que nunca volverán a ser iguales, que se
inician, varían y cambian para transformarse en algo que no fueron y que
tampoco volverán a ser, aunque se les parezcan. Y lo que acontezca en nuestras
historias repercutirá en otras, quizás invisibles para quien no sabe o no
quiere mirar, tan importantes como la nuestra.
Esta es
una novela coral con 18 narradores distintos cada uno con su voz propia. En distintos
lugares. En distintos momentos. Y todos ellos cuentan su parte: lo que han
visto, lo que han sentido, lo que han olido, lo que han amado, lo que han
temido, lo que han deseado y con lo que se han conformado, contribuyendo con
ello a completar la visión de conjunto.
En esta
historia hablan los corzos, los osos y los perros; hablan las nubes, los vivos
y los muertos; hablan las brujas y las mujeres de agua; hablan las setas, la
frontera y la montaña.
Hablan
todos.
Y a
través de sus voces descubrimos que la muerte es parte de la vida y que los muertos
entretejen sus caminos con los vivos.
También
descubrimos a Domènec, a Sió, y a Hilari, a Mia, a Jaume y a Oriol, a Neus y a Cristina… Cuyas vidas están conectadas
por esa montaña.
En algún
sitio he leído que esta novela es como si el espíritu de El bosque animado se hubiera trasladado al Pirineo catalán, y no
podría estar más de acuerdo.
Bellísimo.
SLHLT
Estoy escuchándolo estos días y me tiene subyugada. El texto es, sencillamente, maravilloso. Además, la voz que lo lee no podría hacerlo mejor. Hacía mucho que no disfrutaba tanto con un texto. Por eso me he pasado por aquí, para ver si lo tenías o ir corriendo a recomendártelo. Un besazo, amiga
ResponderEliminarEs un libro fantástico, Inés. De lo mejor que leí en 2020.
EliminarBesotes, amiga.