lunes, 30 de septiembre de 2024

Reencuentro

Reconozco que busqué este libro de Fred Uhlman por culpa del programa Hoy por hoy del verano con José Luis Sastre (que me encanta, dicho sea de paso).

En ese programa había una sección de recomendaciones de libros y una oyente llamó para hacer lo propio. Hasta ahí, todo dentro de lo habitual. Esta mujer le había prestado Reencuentro a una de sus hijas adolescentes, a la que no le gustaba demasiado leer. Tiempo después, la hija le devolvió el libro a su madre con la siguiente dedicatoria:

 

Mi querida amatxu, te regalo este libro de vuelta, el primero que gracias a ti leí con ojos de adulta. Para mí esta historia tan auténtica de amistad, marcó el antes y el después de mi forma de disfrutar de la lectura. Gracias, mami, por regalarme este tesoro. Maravilloso”.

 

Así, muchas orejas curiosas fuimos a buscarlo y se dispararon las ventas. Esto es ser influencer y lo demás son tonterías.

Hans y Konradin son dos chicos de 16 años que se conocen en la prestigiosa escuela Karl Alexander Gymnasium y se hacen muy amigos. Hans es judío de familia trabajadora y Konradin pertenece a una familia aristocrática alemana.

Su amistad, aunque real, no ha de durar mucho. En 1933 Hitler asciende al poder. Hans debe exiliarse a Estados Unidos. Mientras Konradin es llamado a formar parte de las fuerzas armadas nazis.

Más de treinta años después, Hans recuerda su historia con Konradin en este relato.

Aunque penséis que no, os sorprenderá. 

Prometido.

SLHLT

 

viernes, 20 de septiembre de 2024

Los niños están mirando

Si piensas en un thriller, nunca te lo imaginas a plena luz del día, en una casa en la playa de Malibú inundada por el sol en plena década de los 60. Y, aun así, esta historia lo es.

Tampoco tiene asesinos en serie, ni psicópatas desequilibrados, ni mafiosos que quieren saldar sus deudas, ni guerras entre bandas rivales, ni venganzas bien planeadas. Pero lo es. Una verdadera historia de suspense y asesinatos.

Los protagonistas son cinco niños, hermanos y hermanastros entre sí. Sus padres, que son actores y están rodando en Italia, los dejan a cargo de la criada, una mujer inmigrante grande y de piel oscura, que no domina bien el idioma, y a la que los niños, sin ningún respeto, la llaman “Aguacate”. Ella tiene las llaves de la habitación de la tele y solo se la deja ver un rato cada día. Lo cual no les hace ninguna gracia ya que, si por ellos fuera, se pasarían la vida entera delante de la pantalla.

Un día la niñera aparece muerta. Y la verdad es que eso les da bastante igual. Incluso lo celebran porque ya no tienen restricciones. ¡¡Son libres para comer lo que quieran y ver la tele a todas horas!! Pero nadie debe enterarse de que están solos porque se les acabaría la diversión y la libertad. Para conseguirlo harán pactos, mentirán y se esconderán en la habitación de la tele tras las persianas bajadas.

Pero siempre hay alguien que sabe o intuye la verdad…

Este libro me ha resultado inquietante y perturbador. Es una especie de “El señor de las moscas” revisitado, donde las malas acciones no tienen consecuencias por motivos totalmente ajenos a la justicia, la moral o la ética.

Me ha gustado mucho.

SLHLT 

martes, 10 de septiembre de 2024

De ganados y hombres

Descubrí a Ana Paula Maia por casualidad. El primer libro suyo que encontré en las librerías fue De cada quinientos un alma y me fascinó. Cuando me puse a investigar sobre su obra, vi que había empezado casi por el final de una saga en la que cada libro estaba conectado con el anterior, con el siguiente y con todos ellos. ¡Qué rabia de dio! Me hubiera gustado leerlos en orden e ir conociendo el origen de cada uno de los singulares personales que habitaban mi primera lectura.

Como quería remediarlo, me puse a buscarlos y fue entonces cuando descubrí que no todos están traducidos al castellano y los que sí lo están, tampoco iban en orden. Por lo que me resigné a leerlos a medida que los fuera consiguiendo. Y así es como llegué a De ganados y hombres.

Edgar Wilson trabaja como aturdidor en un matadero. Su trabajo es golpear a las reses en la frente Tiene su técnica. Las tranquiliza y les da un único mazazo para que no sufran. 

No se trata de ser cruel. Él es un eslabón más en la cadena. Es muy consciente de ello. Por eso cumple con su obligación, con precisión milimétrica y con el menor sufrimiento posible. Esa es su escala de valores. 

Ay de quien no la cumpla…

Todos los días se parecen unos a otros como cromos repetidos de un álbum infantil. Pero un día, el ganado empieza a comportarse de forma extraña. Algunos trabajadores creen que pueden haberse asustado por alguna criatura al otro lado del cercado. Pero Wilson sabe que no es así.

Algo está pasando.

Las reses no se suicidan.

En unas pocas hojas Ana Paula es capaz de condensar todo un universo, ese universo lleno de hombres tristes, rudos y sin esperanza, obligados a realizar trabajos que aborrecen y que implican la muerte de otros seres vivos. Un matadero como metáfora de un mundo que deja mucho que desear. El suicidio colectivo de las reses, antes de dejarse matar por los seres humanos, como acto de insurrección y Edgar Wilson convertido en antihéroe a su pesar.

Seguramente este no sea un libro adecuado para todo el mundo, pero a mí me ha encantado.

SLHLT