Si al conde Neville le hubieran
dicho que un día visitaría a una vidente, no se lo habría creído. Si hubieran
añadido que sería para buscar a su hija fugada, este hombre sensible se habría
desmayado.
Alexandra y Henri Neville son una pareja
perteneciente a la más antigua aristocracia belga y, contra todo pronóstico,
han formado un matrimonio de lo más feliz.
Sus hijos Oreste y Électre son dos
seres hermosos y perfectos, mientras que la pequeña Sérieuse, antes llena de vida, de un tiempo a esta parte ha perdido
la alegría de vivir y deambula como una sombra entre la apatía y la abulia.
Por
ello, cuando Madame Portenduère le
llama para decirle que ha encontrado a la pequeña Sérieuse tiritando en el bosque que rodea el castillo mientras
trataba de fugarse, Henry no puede
dar crédito a sus palabras
Pero las sorpresas solo acaban de empezar:
- Pronto dará usted una gran fiesta en su casa – dijo.
- Efectivamente.
- Durante esa recepción, usted matará a un invitado.
-¿Perdón? – exclamó el conde palideciendo.
La vidente le soltó la mano y sonrió:
- No se preocupe. Todo saldrá de maravilla.
Casi sin darse cuenta, el conde Neville comienza a pensar quién
será su víctima, y ya que va a matar a alguien, que sea una persona que se lo
merezca. Pero la cosa se complica cuando su pequeña Sérieuse le suplica ser ella la víctima del crimen.
En un claro homenaje a Óscar
Wilde y su El crimen de Lord Arthur
Savilek, Amélie Nothomb hace una crítica ácida, divertida y perturbadora de
la nobleza y del arte de vivir proyectando una imagen fingida hacia los demás.
Sin ser su mejor libro, esta fábula moderna y entretenida de
final imprevisible, se mantiene fiel a su estilo, pero con un aire más "light" para todos los públicos.
¡Venecia se hunde!
Me ha divertido mucho. Os hará pasar una tarde estupenda.
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