En plenos Alpes franceses, en la zona del Mercantour, los lobos
del parque natural han empezado a atacar a las ovejas de las poblaciones
cercanas. Pero su comportamiento no es el habitual: las matan de forma salvaje
y las dejan allí: sin comérselas.
Lawrence estudia
a los lobos. Hace tiempo que no ve a uno de los más jóvenes. Pero los lobos no se
comportan así. Algo raro está pasando.
Los ataques continúan y se convierten en noticia. Han encontrado
huellas de patas y de colmillos. Parece ser que se trata de un único animal. Un
lobo enorme. Extraordinario. Lobos de ese tamaño no se encuentran por el
Mercantour.
Pero con la muerte de Suzanne
los rumores de la presencia de un hombre lobo en la zona se acrecientan. Los
lobos no atacan al hombre a no ser que se sientan acorralados. Y Suzanne lo
sabía. Nunca se habría puesto en peligro.
Este es el desencadenante que hace que una pequeña “comunidad
del anillo” salga en busca de ese “hombre del revés”. Camille, compositora de música y fontanera en sus ratos libres, a
la que le relaja mirar catálogos de herramientas, conducirá la ganadera. El veloso, un viejo pastor de pocas
palabras que ha consagrado su vida a cuidar de las ovejas, seguirá el rastro, y
será la voz de la razón mientras hace lo que mejor se le da: velar. Y Soliman, hijo adoptivo de Suzanne, que se dedica a memorizar el
diccionario y a inventar fábulas sobre África, la tierra de sus orígenes, que
nunca conoció.
Mientras tanto Adamsberg
se encuentra en París tratando de que una joven asesina no acabe con él. A
través de la televisión le llega la historia de los ataques de los lobos del
Mercantour y le parece reconocer al fondo de la imagen una silueta familiar
enfundada en unas botas de piel. Quizás la nostalgia le esté jugando una mala
pasada.
Así empieza El hombre del revés.
Personajes maravillosos, una historia diferente y que engancha,
y la singular ausencia del protagonista de la saga hasta el final del libro,
hacen de esta novela un acierto seguro para todos los amantes de la novela
policiaca.
Si no conocéis a Fred Vargas y al comisario Adamsberg, este es un buen
momento para remediarlo. Su intuición, sus silencios, su humanidad y su particular
forma de ser os encantarán. Nada parecido a los duros protagonistas masculinos
a los que nos tiene acostumbrada la novela negra. Adamsberg es otra cosa.
Y las historias que Fred Vargas idea son más que un
simple escenario, se convierten en un protagonista más de la novela.
A mí la Vargas me vuelve loca y me acabo de
dar cuenta de que no había publicado ninguna reseña suya en el blog. Ha llegado
el momento de subsanar tamaño error.
Espero que os guste.
SLHLT
Hola, pues me ha picado la curiosidad, y me parece un escenario de los más perfecto, ahora miraré cuantos libros son, ya que no me gusta embarcarme en series infinitas, pero como sé que en estas series cada libro es un caso, pues me va más. Saludos.
ResponderEliminarHola, Mª Carmen.
ResponderEliminarEstoy segura de que te gustará. Adamsberg no deja a nadie indiferente.
Pero, si me lo permites, empieza por "Huye rápido, vete lejos". No es el primero de la saga, pero es especial.
Ya me contarás.
Saludos.