martes, 21 de abril de 2020

7-7-2007

Diez días llevan Rocco y Loba viviendo en el piso de via Croix de Ville, cuando se despiertan sobresaltados con el retumbar de Judas Priest a todo volumen proveniente de la casa de al lado. Y la mañana no mejora al llegar a la comisaría: Costa y el juez Baldi lo están esperando. Quieren una explicación. Quieren saber el porqué del estancamiento del caso que ha hecho que Rocco tuviera que dejar su casa: el asesinato de Adele, la mujer de su amigo Sebastiano. Está claro que iban a por Rocco. Está claro que fue un daño colateral. Está claro que era una venganza. Y también está claro que el subjefe sabe quién es el asesino.
La primera reacción de Schiavone es tratar de escaquearse, pero no lo consigue. Le aclaran que saben quién es, lo han sabido siempre, quienes son sus amigos, el origen de sus finanzas y muchas otras cosas más. También le dejan claro que Aosta es su clavo ardiendo. No hay nada más después. Si no colabora, será el fin de su carrera.
Es así como Rocco les relata lo acontecido en Roma, seis años atrás, y que tuvo como fatal consecuencia la muerte de su mujer, Marina.
Ya sabéis que me gusta mucho este subjefe amargado y cabreado con el mundo, que gradúa todo aquello que no le gusta en “tocadas de cojones” de distinta categorías, que identifica a la gente que va conociendo con especies animales variopintas, que se fuma porros en el despacho y que entiende la justicia a su manera. Por ello, esta es ya quinta reseña de la saga  Schiavone, que os traigo al blog.
Me ha gustado mucho conocer la historia de Rocco antes de su exilio forzado a Aosta; a Marina en cuerpo y alma, y no solo en su imaginación; al Rocco romano antes de la tragedia y en su hábitat natural y la relación con sus amigos delincuentes. A medida que pasas las páginas el personaje se completa, se cubre de capas, adquiere profundidad y se vuelve más humano, más real. Y creo que este capítulo de la historia le servirá de catarsis para intentar perdonarse y volver a empezar…
Antonio Manzini se está haciendo un experto en escribir historias durísimas de forma amena y atractiva, dejando los hilos justos sin atar para continuar la saga, e insertando en ellas, toques divertidos, que las hacen aún más interesantes.
Yo no me perderé la siguiente entrega. Y vosotros tampoco deberíais.
SLHLT

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