jueves, 7 de enero de 2021

Madrugada

Trinidad Ríos perdió a su madre cuando era muy niña, en una aldea en medio de la selva cuya existencia solo se sostenía por la minería y explotación ilegales de los recursos del subsuelo. Una mañana su madre no volvió a casa. El miedo hizo que Trinidad se acercase al prostibar donde trabajaba y allí la encontró en el suelo. Muerta.

Trinidad, casi como una heroína, huye para no heredar el destino de su madre. Por el camino encontrará gentes de todo tipo y condición, y tendrá que tomar decisiones que condicionarán su vida y determinarán la persona en la que se va a convertir.

Pero su infancia en la selva ha dejado más cicatrices de las que ella esperaba. El cuerpo humano no es capaz de eliminar los metales pesados y el mercurio que contaminaba las aguas ha ido envenenando sus riñones hasta destrozarlos. Necesita un trasplante. La compatibilidad y las posibilidades de éxito son mucho mayores cuando el donante comparte tu ADN. Y ella sabe que tiene un padre. Un día su madre le dijo su nombre. Pero él desconoce su existencia. La búsqueda comienza.


La sinopsis de la contraportada no hace justicia a lo que encontraréis entre sus páginas: la violencia, los vínculos familiares, la frustración, la represión, las relaciones de poder entre fuertes y débiles, la corrupción social y política, el amor mal entendido, el deseo mal gestionado, las consecuencias que nuestros actos tienen sobre los que nos rodean, la lucha por la supervivencia, la soledad, la música disco de los Bee Gees y un maravillosos baile final de doña Blanca, que para sí lo quisiera la mismísima Uma Thurman, son algunos de los hilos que trenzan esta novela.

Me han fascinado la historia, el estilo, los personajes, el lenguaje lleno de peruanismos y la capacidad del autor de transmitir emoción y de encontrar belleza en los lugares más oscuros.

Si no lo habéis leído, no sé a qué estáis esperando. 

A mí me encantó.

SLHLT

No hay comentarios:

Publicar un comentario