miércoles, 12 de enero de 2022

El olvido que seremos

He de reconocer que no tenía ni idea de quién había sido Héctor Abad antes de escuchar a Javier Cámara y a Fernando Trueba promocionar su película. Sé que era exactamente eso: una promoción, que me la estaban vendiendo, pero al oír hablar del personaje y de que la película estaba basada en un libro escrito por su hijo, me entró la curiosidad.

Lo que me encontré entre sus páginas fue puro amor en palabras: de un hijo a un padre, de un padre a un hijo, y de un hombre a su profesión, a su familia, a su gente y a su patria. Un amor valiente y consecuente que le llevó a tratar de cuidar la salud de los colombianos, a señalar la corrupción y a denunciar abiertamente a los que violaban los derechos humanos de forma sistemática.

Y eso le costó la vida.

Un quijote luchando contra molinos, en el punto de mira de los corruptos y los armados, acribillado a tiros por unos sicarios cuando se dirigía al velatorio de un amigo, asesinado unas horas antes por motivos similares.

Tras su muerte, encontraron en uno de sus bolsillos, junto a la lista de los amenazados, un poema de Borges copiado de su puño y letra y que comienza con este verso: “Ya somos el olvido que seremos.”

Emoción con mayúsculas.

SLHLT

 

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