viernes, 3 de julio de 2020

El día del perro

Un perro, atraviesa la autopista E411 corriendo entre los coches como un loco. Al verlo, los conductores frenan en seco y bajan de sus automóviles. Algunos lo llaman, tratando de atraerlo y de evitarle la muerte, otros solamente contemplan el panorama y alguno se dirige al teléfono de emergencia más cercano para alertar a las autoridades.

Pero a seis de las personas que detuvieron sus automóviles, la visión del perro a la carrera les ha removido algo dentro, les ha abierto las compuertas y les ha hecho enfrentar su vida como si se reflejase en un espejo.

Un camionero que escribe a periódicos y revistas contando una vida que no vive; un sacerdote que echa de menos a una mujer casi desconocida en quien atisbó la cura a su mediocridad; una mujer que se dirige a romper con su pareja y usa el abandono como mecanismo de defensa; un joven ciclista, experto en arreglos frutales, que cada día se arriesga entre el tráfico para sentir que aún está vivo; una viuda que trata de ser útil y recomponerse, pero que no sabe querer a su hija; y esa hija, que llena compulsivamente con comida la ausencia de un padre que lo fue todo para ella, mientras trata de cortar el cordón umbilical con una madre lejana y fría.

Es una maravilla, aunque también lo más triste que he leído en mucho tiempo.

Nadie puede negar que Caroline Lamarche sabe lo que hace.

SLHLT

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