martes, 11 de noviembre de 2025

La guerra

La guerra tiñe Perdido de gris, como una sombra que lo transforma todo: los hombres parten al frente y las mujeres se quedan y toman las riendas.

Aunque Elinor sigue coronando la pirámide de poder e influencia, ahora son sus hijas las que empiezan a mover ficha. Miriam y Frances, tan distintas como complementarias, redefinen su vínculo: ya no compiten, se observan, se entienden… Y se temen. Frances, en especial, inicia un viaje interior que la lleva a descubrir quién es realmente, más allá de lo que se espera de ella.

Las otras hijas del clan Caskey también encuentran su lugar, se abren a nuevas amistades y a nuevas formas de vivir, lejos de la ya desaparecida sombra de Mary Love.

La guerra, aunque lejana, actúa como catalizador: lo que estaba dormido despierta y lo que parecía eterno se desmorona.

En esta entrega de Blackwater, el terror se vuelve más íntimo, más psicológico. El río sigue ahí, como un espejo oscuro que refleja lo que nadie quiere ver. 

Y Perdido, ese pueblo que parecía inmóvil, empieza a cambiar.

SLHLT

martes, 4 de noviembre de 2025

Escrito en el cuerpo

El narrador de esta historia no tiene género, pero sí un historial de sabotajes emocionales. Ha amado muchas veces, y siempre ha huido. Su incapacidad para comprometerse no es solo una debilidad: es una forma de protegerse, aunque eso implique herir.

Cuando conoce a Louise, cree que algo cambia. Pero incluso en ese amor absoluto, termina repitiendo el patrón: decide por ella, sin contar con ella, y vuelve a destruir lo que parecía eterno.

La novela es una exploración del deseo, del cuerpo como territorio y del amor como contradicción. La autora escribe con una intensidad que convierte cada página en una herida abierta. El cuerpo de Louise se convierte en texto, en obsesión, en refugio. Pero también en excusa para no mirar hacia dentro.

Gail Right aparece como contrapunto: alguien que ama sin esperar nada, que cuida sin poseer, que está sin exigir. Su presencia silenciosa revela lo que el narrador no sabe hacer: sostener, permanecer, respetar. Ella encarna una forma de amor que no necesita reciprocidad para ser auténtica.

Winterson no da respuestas, pero deja preguntas que arden. ¿Qué es el amor si no se respeta la voluntad del otro? ¿Qué queda cuando el deseo se impone al cuidado?

SLHLT

martes, 28 de octubre de 2025

Vamos a comprar un poeta

<< Hoy he comido treinta gramos de espinacas, el kilo cuesta dos euros treinta, echando cuentas se necesitan treinta céntimos al día para tener algo de vitamina K, son un estudio. Mi padre ejerció veinte gramos de fuerza en la puerta de la cocina y dijo muy alto, antes de dejarnos en la cara uno o dos miligramos de saliva, o besos, si nos ponemos poéticos: crecimiento y prosperidad.

Yo le pagué con la misma moneda.

Dicen que es bueno intercambiar afectos, une a las personas y crea una especie de beneficio que, pese a no ser de calidad, puesto que no es material ni puede reducirse a cifras ni deducirse en los impuestos ni generar ingresos, hay quienes creen -es cuestión de fe- que puede aportar dividendos.

Mi padre dice que son fantasmas, cosas que no existen, materia inmaterial, pero hay estudios que sostienen la teoría de que depositar unos mililitros de saliva en el pómulo de otra persona, por extraño y grotesco que parezca, genera beneficios.

Pómulo viene del latín pomulum, que quiere decir “manzanita”, lo que resulta extraño e incomprensible, puesto que está demostrado más allá de toda duda que no tenemos manzanas en la cara; todo el mundo sabe que nacen en los hipermercados, o por lo menos que allí se recogen para asegurar la salud y la nutrición más elemental. >>

En una sociedad donde todo se mide, se pesa y se monetiza, una familia decide comprar un poeta. No por amor al arte, sino porque es más limpio y barato que un pintor.

Así empieza esta distopía amable y punzante, narrada por una adolescente que vive rodeada de números, patrocinios y afectos en gramos.

El poeta, con sus versos y su mirada rara, se convierte abrirá un resquicio por el que se empezará a colar la belleza, el desconcierto y, sobre todo, la posibilidad de vivir de otra manera.

Estáis ante una fábula tierna y filosófica, que se lee en una tarde, pero se queda latiendo mucho después. El poeta no impone ni sermonea: simplemente está, escribe, observa y, sin pretenderlo, transforma.

Poco a poco, cada miembro de la familia empieza a cambiar, a cuestionar, a sentir. Incluso el lenguaje se vuelve más humano, más redondo y más cálido a medida que el poeta se instala en la casa. Y en el corazón de la protagonista.

Este libro ha sido toda una sorpresa.

¡Tenéis que leerlo!

SLHLT

 

martes, 21 de octubre de 2025

La casa

En esta tercera entrega de la saga Blackwater, la casa de Elinor y Óscar se convierte en un personaje más: testigo silencioso de los secretos, las tensiones y los miedos que se filtran entre las grietas.

La guerra entre Mary Love y Elinor alcanza cotas insospechadas, y las hijas del matrimonio, Miriam y Frances, encarnan dos formas muy diferentes de crecer bajo la enemistad entre las dos mujeres más importantes de sus vidas.

McDowell acelera el ritmo y nos regala escenas que rozan lo sobrenatural, lo absurdo y lo profundamente humano. Elinor sigue siendo un enigma fascinante, y Óscar… bueno, Óscar sigue siendo Óscar: un adulto con alma de niño, atrapado entre dos mujeres que lo manejan como quieren.

La atmósfera de este capítulo es más oscura que en los anteriores, y el terror psicológico se cuela en cada página. Hay momentos que dan miedo de verdad, de ese que te obliga a cerrar el libro y respirar hondo. Pero también hay ternura, evolución y una narrativa que no suelta.

Sin ninguna duda, el siguiente caerá pronto.

SLHLT

lunes, 13 de octubre de 2025

9 años y un día

 

Hoy hace nueve años y un día que nació este blog. Nueve años y un día de lecturas, reseñas y descubrimientos. Sé que suena a condena, y no puedo negar que en algún momento me lo ha parecido, pues mantener vivo un blog durante casi una década no ha sido tarea fácil: a veces lo he asumido como una obligación autoimpuesta, mientras que en otras ocasiones resultó ser una necesidad vital.

A lo largo de estos nueve años mi vida ha cambiado mucho, yo he cambiado aún más, y también lo han hecho mis lecturas. Hoy leo mayoritariamente autoras, salgo con frecuencia de mi zona de confort y me dejo sorprender por voces que antes no conocía, y que ahora forman parte de mi universo lector: Violaine Bérot, Agustina Bazterrica, Mia Couto, Cristina Sánchez-Andrade, Irene Cuevas, Silvana Vogt, Virginia Higa, María Fernanda Ampuero, Gloria Naylor, Dorothy Allison, Salomé Esper, Ana Paula Maia o Miriam Toews, entre otras.

Las estadísticas del blog me recuerdan que en este tiempo he publicado 459 reseñas y que, aunque no es lo más importante, hemos recibido más de 120.000 visitas, lo que me hace pensar que hay gente por ahí fuera con ganas de leer, y eso siempre reconforta.

A lo largo de los años este blog ha sido testigo de mis entusiasmos, mis bloqueos, mis obsesiones y mis descubrimientos. Y aunque no sé lo que nos deparará el futuro ni al blog ni a mí, hoy celebro con entusiasmo que seguimos existiendo y que seguimos leyendo y compartiendo lecturas.

Gracias por acompañarme en el viaje.

Seguiré leyéndolos todos… O intentándolo.

SLHLT

martes, 7 de octubre de 2025

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes

 << Aquella mañana en que la odiaba más que nunca, mi madre cumplió treinta y nueve años. Era bajita y gorda, tonta y fea. Era la madre más inútil que haya existido jamás. Yo la miraba desde la ventana mientras ella esperaba junto a la puerta de la escuela como una pordiosera. La habría matado con medio pensamiento. Junto a mí, silenciosos y asustados, desfilaban los padres. Un triste hatajo de perlas falsas y corbatas baratas, venido a recoger a sus hijos defectuosos, escondidos de los ojos de la gente. Al menos ellos se habían tomado la molestia de subir. A mi madre yo le importaba un pimiento, al igual que el hecho de que hubiera conseguido terminar unos estudios. >>

Así comienza El verano que mi madre tuvo los ojos verdes. Una historia que te deja sin aire desde la primera frase, y no te lo devuelve hasta mucho después de haberla terminado.

Aleksy, un joven pintor con un pasado roto y un presente bloqueado. acepta a regañadientes pasar un último verano con su madre enferma en un pueblo francés. Lo que comienza como una tregua forzada entre dos enemigos íntimos, se convierte, poco a poco, en una historia de redención.

La narración, lírica y a veces brutal, nos mete en la cabeza de un hijo que odia con intensidad, pero que también ama con una ternura que no sabe nombrar. La pérdida de su hermana, el rechazo materno, la enfermedad terminal... Todo se mezcla en un verano en el que la cercanía de la muerte abre grietas por donde se cuela el perdón, la comprensión y el amor.

Es de esos libros que te dejan sin palabras, que te obligan a pararte a respirar. Que duele, pero que también cura. Porque a veces, solo el amor, aunque llegue tarde, aunque llegue roto, puede salvarnos.

Me ha gustado muchísimo.

SLHLT

martes, 30 de septiembre de 2025

El año de gracia

El año de gracia, es una distopía juvenil con un potente mensaje feminista.

En el condado de Garner, todas las chicas son enviadas al bosque al cumplir 16 años para vivir su “año de gracia”, un periodo de aislamiento en el que deben purgar una supuesta magia que las hace peligrosas para los hombres. Pero lo que realmente se purga es su libertad, su voz y su deseo.

Tierney, la protagonista, no encaja en el molde. No quiere competir ni agradar, y eso la convierte en blanco para las demás, pero también en una líder. Durante ese año, la lucha no es solo contra el hambre, el frío o los cazadores, sino contra el sistema que las ha enseñado a desconfiar unas de otras.

Al volver, si es que vuelven, y aunque vuelvan destrozadas, deben fingir que no ha pasado nada y que están listas para ser esposas sumisas.

Pero Tierney se resiste. En sus sueños tiene visiones que la conectan con algo más profundo, más antiguo y verdadero, que la hace dudar de todo lo que creía saber.

Y se resiste. 

Y lucha.

Y esa resistencia es el corazón de la novela.

La autora construye una historia dura, pero accesible, ideal para lectoras jóvenes (y no tan jóvenes) porque entre sus páginas hay crítica, tensión, sororidad y una protagonista que se equivoca, que aprende y que lucha.

Es una lectura que deja huella y que invita a hablar, a pensar… ¡Y a rebelarse!

SLHLT

martes, 23 de septiembre de 2025

El dique

El dique, segundo volumen de la saga Blackwater, nos devuelve a Perdido.

Tras la riada, llega la reconstrucción, y con ella, la decisión de levantar un dique para tratar de controlar las aguas. Pero en Perdido nada es tan simple. Elinor, ya casada con Oscar, se opone al proyecto con una frase que hiela la sangre: “Cuando muera, haya o no un dique, esta ciudad será borrada de la faz de la tierra”.

La guerra fría entre Elinor y Mary Love, su suegra y matriarca de los Caskey, se intensifica. Y mientras Sister empieza a rebelarse, nuevos personajes entran en escena para agitar aún más las aguas.

Como en el anterior libro, el ritmo es ágil, la atmósfera densa, y el río sigue siendo un personaje más, oscuro y latente. Lo sobrenatural se insinúa, pero el autor se centra en el drama familiar, en las alianzas, los sacrificios y las amenazas que se cuecen en silencio.

El final, como en el primer libro, es un golpe seco, inesperado y salvaje. Eso sí, te deja con ganas de saber más.

SLHLT

martes, 16 de septiembre de 2025

La invitada

Esta historia me ha encogido el corazón.

Alex, su protagonista, tiene 22 años y una belleza que el sistema le exige explotar. Tras ser expulsada de la casa de su amante en Long Island, y con la amenaza de un pasado que la persigue, se queda vagando por una zona que no le pertenece, aferrándose a fiestas ajenas, piscinas ajenas, vidas ajenas. No tiene plan, ni red, ni hogar. Solo la intuición de cómo moverse sin ser expulsada del todo.

Durante cinco días, sobrevive como puede: mintiendo, robando, fingiendo. Y lo hace con una mezcla de fragilidad y estrategia que provoca un desasosiego profundo. 

Me da pena Alex. Y me angustia su situación. Puedo sentir su dolor, su desarraigo, su soledad. Está condenada a comportarse como un accesorio, porque eso es lo que los demás esperan de ella. Pero se autoengaña, se cuenta que está bien, que todo está bajo control. Porque necesita seguir viviendo. Porque necesita sobrevivir. Y no sabe hacerlo de otra manera.

Emma Cline escribe de manera hipnótica, convirtiendo cada escena en una amenaza latente. No hay grandes giros, pero sí una tensión constante, como si el mundo estuviera a punto de cerrarse sobre Alex. Y tú, como lectora, no puedes dejar de mirar.

El final, ambiguo y extraño, puede incomodar a quienes buscan certezas. A mí me encanta. Me hace dudar, me obliga a releer, me deja pensando. Y me doy cuenta de que la autora ha jugado conmigo, con mis expectativas, con mi necesidad de cierre y la eterna búsqueda de finales felices. Sea lo que sea eso.

Os vais a reír de mí, pero mientras lo leía no dejaban de resonar en mi cabeza, una y otra vez, las palabras de la fantástica Henar Álvarez: “Mi ciela: ante la duda, tú la sugar”.

SLHT

martes, 9 de septiembre de 2025

La riada

<< La mañana del domingo de Pascua de 1919, el pueblo de Perdido, en Alabama, amaneció con un cielo despejado, de un rosa pálido y translúcido que no se reflejaba en las aguas negras que desde hacía una semana anegaban por completo el pueblo. El sol, inmenso y anaranjado, apenas asomaba por encima del pinar que había más allá de lo que en su día había sido Baptist Bottom, el barrio más bajo de Perdido. Aquel lugar, donde los negros emancipados se habían instalado hacinados en 1865, y donde seguían haciéndolo sus hijos y nietos, era ahora poco más que un amasijo de tablones, ramas de árboles y animales muertos e hinchados. Del centro de Perdido no se distinguían más que el ayuntamiento, su torre cuadrangular con un reloj en cada una de las cuatro caras, y el primer piso del Hotel Osceola. Ya solo se podía recordar el cauce que los ríos Perdido y Blackwater habían seguido hasta la semana anterior. Los mil doscientos habitantes de Perdido se habían refugiado en puntos más elevado, y entretanto el pueblo se pudría bajo una inmensa capa de agua negra y hedionda que apenas había empezado a retroceder. Los frontones y los aguilones y las chimeneas de las casas que no habían acabado destruidas y arrastradas por la riada sobresalían de la superficie negra y brillante del agua estancada, como señales de auxilio hechas de piedra, ladrillo y madera. Pero nadie respondía a su llamada silenciosa, y los maderos flotantes, los detritos no identificables y los restos de ropa y muebles chocaban entre sí y se amontonaban, formando nidos pestilentes alrededor de aquellos dedos asomados. >>

El río se desborda y, además de barro y escombros, trae a Perdido a Elinor Dammert, una mujer silenciosa, elegante y enigmática.

Para la familia Caskey, que reina en Perdido desde hace generaciones, gracias a la riqueza y la posición que le proporciona su próspero aserradero, la llegada de Elinor desata una tensión que no se puede achacar solo a la riada. La joven se integra rápidamente en la vida del pueblo, se gana la confianza de Óscar y se convierte en una figura clave en la dinámica familiar, pero su presencia despierta recelos en Mary Love, la matriarca, que intuye que esa mujer oculta algo más que buenos modales.

Bajo la superficie de esta historia de ambiciones, herencias y rivalidades, se esconde una corriente oscura, a medio camino entre los sobrenatural y lo cotidiano, que se filtra entre las grietas de las relaciones familiares de los Caskey.

McDowell construye una atmósfera espesa y envolvente, donde el agua es símbolo de cambio, amenaza y renacimiento, que os atrapará.

Aunque en este primer volumen la acción se dosifica, el final deja la puerta abierta a seguir leyendo. ¡No lo podréis evitar! Así que, mejor haceos con la colección completa antes de empezar a leerlo.

SLHLT 

martes, 2 de septiembre de 2025

La postal

<< Mi madre se encendió el primer cigarrillo del día, su preferido, el que te quema los pulmones nada más despertarte. Luego salió de su casa para admirar la blancura que recubría todo el barrio. Durante esa noche habían caído al menos diez centímetros de nieve.

     Se quedó un buen rato fumando fuera, a pesar del frío, para disfrutar de la atmósfera irreal que flotaba en su jardín. Le pareció hermosa toda esa nada, esas líneas y esos colores borrados.

     De repente oyó un ruido amortiguado por la nieve. El cartero acababa de dejar el correo en el suelo, al pie del buzón. Mi madre acudió a recogerlo, poniendo mucho cuidado al pisar para no resbalar.

     Con el cigarrillo entre los labios, cuyo humo se volvía más denso en el aire helado, volvió rápidamente a casa a calentarse los dedos entumecidos por el frío.

     Lanzó una rápida ojeada a los distintos sobres. Estaban las tradicionales tarjetas navideñas, la mayoría, de sus estudiantes de la facultad, una factura de gas y algún que otro folleto publicitario. También había cartas para mi padre; los compañeros del CNRS y sus doctorandos le deseaban un feliz año.

     Entre aquella correspondencia, de lo más común dado que estábamos a comienzos de enero, había una sorpresa. La postal. Ahí estaba, con los demás sobres, como si nada, como su se hubiera escondido para pasar inadvertida.

     Lo que intrigó de inmediato a mi madre fue la letra: extraña, torpe, una caligrafía que nunca había vista. Luego leyó los cuatro nombres escritos uno debajo de otro, en forma de lista.

     Ephraïm.

     Emma.

     Noémie.

     Jacques.

     Aquellos cuatro nombres eran los de sus abuelos maternos, su tía y su tío. Los cuatro habían sido deportados antes de que ella naciera. Murieron en Auschwitz en 1942. Y resurgían en nuestro buzón sesenta y un años después. Ese lunes 6 de enero de 2003.

     -¿Quién ha podido enviarme este horror? -Se preguntó Léila.

     A mi madre le entró mucho miedo, como si alguien estuviera amenazándola, agazapado entre las tinieblas de un pasado remoto. Le temblaban las manos.

     -¡Mira, Pierre, mira lo que me he encontrado en el correo!

     Mi padre cogió la tarjeta, se la aproximó a la cara para observarla de cerca, pero no llevaba ni firma ni explicación alguna.

     Nada. Solo esos nombres. >>.

Todo empieza con una imagen: la Ópera Garnier en una postal sin firma. En el reverso, cuatro nombres. Cuatro ausencias. Cuatro heridas abiertas. Anne Berest recibe ese mensaje envenenado y decide investigar. Lo que sigue es una novela que se lee como un thriller, pero que duele como una memoria familiar.

Con ayuda de su madre, un detective y un grafólogo, reconstruye el periplo de los Rabinovitch, su familia, desde Rusia hasta Auschwitz, pasando por Letonia, Palestina y París.

El capítulo dedicado a la detención de sus parientes es devastador, pero está contado con una contención que estremece. El tono de thriller no frivoliza, al contrario: da ritmo, tensión y urgencia a una historia que no puede esperar más para ser contada.

Me ha gustado muchísimo.

Me ha conmovido. Me ha hecho pensar en cómo el pasado se filtra en el presente, en cómo una postal puede ser una bomba de relojería. Y en cómo escribir puede ser también una forma de resistir.

SLHLT

 

viernes, 29 de agosto de 2025

Animales difíciles

Bruna Husky, mientras se acostumbra al nuevo cuerpo de androide de cálculo al que ha sido trasplantada su conciencia y su memoria, se embarca en una nueva investigación, de la mano de Paul Lizard. En esta ocasión ha de averiguar quién está detrás del atentado contra un almacén de flops: cerebros humanos conectados a ordenadores cuánticos. Una forma de inmortalidad reservada solo a unos pocos. Aunque todo apunta a los “todistas”, un grupo radical que está comenzando a aflorar en los últimos tiempos, nada es lo que aparenta ser y Bruna y Paul no harán más que dar palos de ciego.

<< La Tierra tiene cuatro mil quinientos millones de años; el Universo, quizá trece mil ochocientos millones. Los homínidos, unos dos millones de años; los humanos como nosotros (qué extraordinario que me reconozca como humana; pero lo soy, un clon), apenas trescientos mil años. Y qué raras criaturas somos los humanos, animales irresponsables y crueles, animales difíciles. Desde hace cosa de siglo y medio, solo siglo y medio o poco más, y por primera vez en la historia, los humanos hemos empezado a poner en peligro de extinción a nuestra propia especie por nuestra mala gestión. Y no una sola vez, sino en repetidas ocasiones y con diversas posibilidades de aniquilación. Primero con la energía nuclear, después con el calentamiento climático, luego con las pandemias que ese calentamiento está originado, a continuación con las Guerras Robóticas y ahora también con la Inteligencia Artificial. >>.


En esta cuarta entrega de la saga Husky, despediremos a algún personaje muy querido y dejaremos a Bruna aprendiendo a vivir sin contar los días que le quedan como una condena.

Rosa Montero dice que ha despedido a Bruna con dignidad y que este es su último capítulo, pero que lo que sí tiene en mente es un libro de relatos relacionados con todo el universo Husky, los cuales serán más que bienvenidos.

Pero yo espero una quinta entrega… 

A ver qué pasa.

SLHLT

viernes, 22 de agosto de 2025

El hombre que mató a Antía Morgade

Tercera entrega de la saga protagonizada por Abad y Barroso, y me siguen cayendo gordos. Menos mal que Arantza Portabales es una experta en crear historias estupendas que se sostienen por sí solas, y no necesitan del carisma de sus inspectores.

Seis amigos que compartieron adolescencia en un piso tutelado se ven las caras después de veinte años. El reencuentro, que debería haber sido una noche de fuegos artificiales y brindis en las fiestas del Apóstol, termina con el asesinato de uno de ellos.

Nadie ha visto nada… Pero todos esconden secretos.

Será el pasado el verdadero protagonista: el suicidio de Antía Morgade, víctima de abusos veinte años atrás, por parte de un educador que acaba de salir de prisión, planea sobre todos los personajes como una sombra que no se disipa.

La novela es coral, intensa, y juega con la ambigüedad moral de cada personaje. La autora dosifica la información con precisión quirúrgica y nos hace sospechar de todos. Hay momentos en los que parece que lo tenemos claro, pero no. Y eso es lo que más me gusta: que no se trata solo de descubrir quién lo hizo, sino de entender por qué todos podrían haberlo hecho.

Si te gustó Belleza roja o La vida secreta de Úrsula Bas, esta novela también es para ti.

SLHLT

viernes, 15 de agosto de 2025

Bola ocho

Estáis ante ocho relatos que viajan por continentes y emociones, con mujeres que buscan algo, o a alguien, en medio del caos. 

Entre sus páginas encontraréis arrozales en Bali, bares en Seattle, retiros espirituales dudosos y mucho deseo mal canalizado.

El relato que da título al libro puede que sea el más potente: una joven intenta salvar a su hermano de la adicción, mientras se enfrenta a su propia impotencia.

También me han gustado “El chico perro” y “La hora violeta”, donde el deseo y la soledad se entrelazan con ironía.

Puede que no haya sido una de mis mejores lecturas: me ha costado conectar con los personajes, que se empeñan en abrir la misma herida una y otra vez. 

Pero reconozco que hay momentos brillantes y una mirada femenina sin filtros.

SLHLT

 

viernes, 8 de agosto de 2025

La llamada

La llamada reconstruye la historia de Silvia Labayru, militante montonera secuestrada por la dictadura argentina en 1976, embarazada de cinco meses. Lo que sigue es un descenso al infierno: tortura, esclavitud, violaciones, parto en cautiverio, y una vida marcada por el estigma de haber sobrevivido. Pero Leila Guerriero no escribe desde el morbo ni desde el juicio. Escucha. Pregunta. Deja hablar.

Durante dos años, la periodista conversó con Silvia y con quienes la rodearon, y el resultado es un retrato íntimo, doloroso y complejo. No hay héroes ni traidores, solo una mujer que vivió lo indecible y que, décadas después, se atrevió a contar. La autora ilumina las zonas grises de la memoria, las heridas que no cierran, el rechazo que sufren quienes vuelven del horror. Y lo hace con una prosa contenida, precisa, que nunca se impone sobre la historia.

Hay libros que te cambian y nunca vuelves a ser la misma después de leerlos. Este es uno de ellos. Te atraviesa y te deja huellas en el alma. Porque fue real. Porque las caras de los torturadores están solo a unos pocos clics de tu portátil. Porque a veces ser guapa, joven, rubia y de “buena familia” te salva la vida, pero a qué precio.

Silvia Labayru hizo de vivir su objetivo. Cada día. Todos los días. A pesar de ellos. A pesar de todos. Nunca pensaron que pudiera hacerles frente. Que su miedo les protegería.

Pero la subestimaron.

Como casi siempre.

SLHLT