¿Qué ha
podido pasar por la cabeza de Elsa cuando en pleno concierto deja de seguir la
partitura y empieza a tocar algo distinto al piano?
Tarda unos instantes en darse cuenta. Cuando lo hace, se levanta y se va.
No ha vuelto a tocar en público desde entonces.
A pesar de la crisis, cualquier conservatorio estaría encantado de tenerla en plantilla, pero ella solo está dispuesta a dar, de vez en cuando, alguna clase particular a alumnos de lo más singular, con sus universos propios.
Estas clases justificarán su huida.
¿Pero de qué huye Elsa?
De sí misma. Quizás ha llegado el momento de enfrentarse a su propio ser. Un “Niña” en los registros, que después fue llamada Ann por sus padres de acogida y terminó siendo adoptada por su profesor, Arthur Goldstein, quien la convirtió en la niña prodigio del piano que un día fue, y dirigió sus pasos, y su destino, hasta casi los 34 años.
A lo largo de estas páginas veremos cómo Elsa se reconstruye y se enfrenta a sus fantasmas, algunos reales y otros creados para ayudarla a enfrentarse a su propia identidad y a establecer un punto de partida para decidir quién es y quién será a partir de ahora.
Es la primera vez que leo a Deborah Levy y me ha gustado su estilo. Seguro que no será la última.
SLHLT