lunes, 5 de diciembre de 2016

Pista negra

La aparición de un cadáver, en la estación de Chamboluc, completamente destrozado y mutilado tras haberle pasado por encima una máquina pisanieves, es la excusa perfecta que tiene Antonio Manzini para presentarnos al subjefe Rocco Schiavonne.
Pero, ¿qué hace un policía romano, con sus zapatos Clarks y su loden azul entre la nieve al pie de los Alpes? Es su nuevo destino. Y ya lleva cuatro largos meses en él. Cuatro meses de cabreo permanente. Ha sido todo un correctivo. Un exilio forzoso.
Rocco Schiavonne es un tipo prepotente, borde, maleducado, insolente y grosero. Todo le cabrea y tiene una lista con distintos grados de "tocadas de cojones", cuyo culmen es el tener que hacerse cargo de un caso.
También es un mujeriego, clasifica a la gente con la que se cruza en el curso de la investigación, por la especie de animal al que le recuerden, y dice que no le gusta su trabajo, pero es muy bueno en él. Otra cosa distinta es su interpretación de las leyes, que muchas veces se salta para sacarse un sobresueldo, para obtener la información o la pista que necesita en cada momento, o para actuar con verdadera humanidad.
Sin ser una historia extraordinaria, aunque sí entretenida y amena, el verdadero espectáculo es el comisario Schiavonne. Creo que va a ser una saga de lo más apetecible.
Ya os iré contando en próximas entregas.                                                                               SLHLT

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